domingo, 26 de enero de 2014

Confesiones de un día domingo 2

Una de las cosas más difíciles de admitir es que perdimos contra nosotros mismos. El ideal de una persona es que este equilibrada con su mente, su cuerpo y su alma (sentimientos), pero tal como la mayoría de los mortales, mi cabeza a veces esta en total oposición a mi corazón. Las personas que piensan tanto como yo siempre tendrán como prioridad lo que es “intelectualmente” “mejor”, porque es ahí donde nos sentimos seguros ya que encontramos una respuesta que sacia nuestra mente con no una, sino varias razones. Pensamos tanto que a veces se nos olvida como escuchar nuestro interior, y otras veces simplemente lo silenciamos a propósito. Este es exactamente ese caso… ¿Cómo hago que mi corazón entienda lo que mi mente encuentra tan convincente y razonable? No sé si es amor, pero en mis pensamientos se encuentra claro que alguien no me hace o no me hizo bien, pero mi corazón sigue sintiendo cosas realmente fuertes, que logré callar por un momento, pero que a ratos se me hace realmente difícil ignorar. Sigo pensando que tengo razón, pero claramente mi corazón está en huelga. ¿Qué hacer? No tengo puta idea.

1 comentario:

  1. Puedes decirle a tu corazón que amará con demasía y desborde, pero luego de que tu sensatez le indique a quién.

    ResponderEliminar